A través de esta ruta conoceremos la comarca palentina de Tierra de Campos, una de las mayores comarcas naturales de la Unión Europea, que se extiende por las provincias castellano-leonesas de Palencia, León, Valladolid y Zamora. En nuestro viaje utilizaremos como hilo conductor uno de los elementos más significativos de su arquitectura popular, el palomar.
Comenzaremos nuestro itinerario en el municipio de Villarramiel, de gran reconocimiento por sus fábricas de pieles, pergaminos, sombreros y la industria cecinera. En el término municipal, podemos ver varios palomares de diferentes tipologías en buen estado de conservación.
Si accedemos a la localidad por la N-610, tomaremos la primera calle a la derecha hasta el final, donde un camino señalizado sin salida nos conducirá cerca de dos palomares redondos con patio interior y otro más al fondo. Desde este punto también podremos ver los que se encuentran junto al cementerio al otro lado de la carretera.
Volveremos al casco urbano para recorrer las calles y visitar las iglesias de San Miguel, de corte neoclásico con portada renacentista , Santa María con una torre mudéjar o la ermita de la Virgen de la Angustias. Tras el recorrido tomaremos la carretera P-922 dirección Villerías de Campos, por el camino veremos otros tres palomares, entre los que destaca uno, que se encuentra en un recinto vallado, redondo con patio interior, muro forrado de ladrillo macizo y con adornos en su cumbre.
Nuestro próximo punto de destino es Capillas, antes de llegar nos saludan varios palomares, en diferentes estados de conservación. A la entrada del pueblo nos recibe el Canal de Castilla , que se dirige por su ramal de Campos hasta Medina de Rioseco.
Circunvalaremos el pueblo hasta llegar al único resto que se conserva de la antigua muralla, una puerta de piedra con arco apuntado sobre el que se halla el ayuntamiento, por ella entraremos a Capilla para recorrer sus calles y visitar el templo parroquial de San Agustín, del siglo XIV, que guarda en su interior interesantes joyas como el retablo de la capilla de San Antón, la imagen de alabastro de la Virgen con el Niño y el órgano ibérico.
Continuamos nuestro recorrido tomando nuevamente la P-922 y a cuatro kilómetros encontramos la localidad de Boada de Campos, pequeño pueblo que en la actualidad sólo cuenta con una veintena de habitantes. En el extrarradio observamos algún palomar, con la construcción típica castellana de tapial y adobe.
Pero el elemento más significativo de Boada es su laguna , un humedal desecado en la década de los 60, y que en la actualidad ha sido recuperado por la Fundación Global Nature. Para acceder a la laguna nos acercaremos a pie por un camino que sale del pueblo, y a unos 11 kilómetros encontramos el observatorio “Los Ansares”.
Proseguimos viaje hasta Meneses de Campos, uno de los municipios con mayor número de palomares de diferente construcción, cuadrados, rectangulares y redondos.Junto a la entrada al casco urbano se alzan varios. No podemos dejar de visitar la iglesia de Nuestra Señora del Tovar con elementos románicos y arquitectura del siglo XVI.
Villería de Campos en siguiente destino, nos recibe mostrándo algunos de los palomares en su casco urbano. Podemos visitar el templo de Nuestra Señora de la Esperanza con pórtico del siglo XVI y la ermita del Cristo de la Salud. A la salida del pueblo, más palomares que se intercalan con las populares bodegas de Villerías.
Retrocedemos sobre nuestros pasos hasta Capillas, donde tomaremos la carretera en dirección Fuentes de Nava, a cinco kilómetros se ubica la localidad de Castromocho, nos da la bienvenida su antigua fabrica de harina junto al Canal de Castilla y algunos palomares que se ubican en fincas agrícolas.
En Catromocho descubrimos la iglesia de San Esteban que mezcla los estilos platerescos y renacentistas, la torre del reloj y la iglesia de Santa María de Colaña, con una espectacular torre que en sus orígenes estuvo recubierta con azulejos al estilo bizantino.
Desde Castromocho iniciaremos la última etapa de nuestro recorrido para llegar a Fuente de Nava, uno de los pocos pueblos de esta zona donde no se conserva ni un solo palomar pero conserva los restos del antiguo “Mar de Campos” la Laguna de Nava. En la calle Mayor del pueblo visitamos el Centro de Visitantes de la Laguna, donde se nos ofrecerá una completa información.
Las calles de esta localidad salpicadas de casas solariegas, la iglesia de San Pedro o la de Santa María con un espectacular artesonado mudéjar, serán el colofón de nuestro recorrido por tierras palentinas.
Autor: Nieves Alonso